viernes, 23 de enero de 2009

El principio del bienestar integral es un acto de darse cuenta.

Estoy en mi cama, abro los ojos y ya son las 9 a.m., pienso que dormí demás nuevamente.

Los pendientes que he estado postergando se me arremolinan al rededor de la boca del estómago como una contracción y la sensación de no tener el control de mi vida sale a flote nuevamente, pienso en que no he comido bien estos días por andar a las prisas y se me antoja algo caliente y picante que me relaje esa sensación del estómago.


Me levanto y hago un poco de estiramientos para desentumecer el cuerpo y despertarme, mientras la sensación de vació en el estómago empieza a incrementarse, no me doy cuenta de cuan contraído tengo el abdomen y mientras tanto, los pensamientos de que no he resuelto varias cosas me siguen dando vueltas en la cabeza.


Sobre todo aquel pensamiento de que no le he llamado a mi madre para ver como se encuentra y ya van 2 semanas desde la última vez que tuvimos aquella charla donde al final tuvimos una discusión por que no quise escuchar como uno de mis primos, al cual le tengo mucho cariño, se ve triste y mal por que no ha podido resolver su relación de pareja y es indulgente y realmente no presta atención a lo que su mujer le pide y ella ya no sabe que hacer con él, "parece un niño y ella ya esta cansada de hacerla de mamá"- mi estómago cruje en ese momento y pienso en que un pastel de chocolate no me caería nada mal (¡carajo!).


Termino de hacer mi rutina de ejercicios, veo la hora y ya se mi hizo tarde para el trabajo, tengo varias citas pendientes y apenas y me da tiempo de comer algo, así que elijo: un café humeante y calientito y un pedazo de pizza en el micro ondas. Lo devoro y salgo corriendo para mi oficina.


Ya con las personas esperando, llego disculpándome y noto que me caen un poco mal por que tienen esa mirada de "¿no te das cuenta que estamos esperando?", asi que casi toda la hora mi estómago se contrae y la sensación de vació y de descontrol asoma su cara nuevamente.


A la hora de la comida veo a mi novia, quedamos de vernos en nuestro lugar de costumbre, yo me siento un poco ansioso y acelerado. Cuando llego al restaurante ella no esta sentada, pasan algunos minutos y me manda un mensaje para decirme que ya viene, pido un vaso con agua mientras.

Entonces ella llega y en cuanto se sienta comienza a hablar con vertiginosidad sobre varios temas-su trabajo, su nuevo jefe, la blusa que se probo en la mañana y que ya había escogido pero que siempre no por que no le gusta como se ve con su bolso, su compañera de trabajo que tienen un hijo muy divertido y siempre le enseña fotos...-y de pronto me empiezo a sentir mareado y pienso que ese mesero ya se tardo demasiado, mi cuerpo esta ligeramente encorvado, tengo un dolor punzante en la boca del estómago y ahora la cabeza empieza a dolerme, volteo al rededor para relajar mi atención, y percibo que todo se ve un poco irreal y un poco borroso y como fondo la voz de mi novia como si fuera un mantra,....hasta que..."¿y a ti que te parece?"......la volteo a ver un poco sorprendido, se que tengo que actuar rápido y ponerle atención por que si detecta que no la he estado escuchando el drama puede aparecer, la miro, le sonrío y le digo "pero si te ves lindísima hoy" (y es cierto), pero es tarde, ella ya lo notó y solo hace un gesto expulsando el aire con expresión cansada. Comemos en silencio, me siento incomodo y veo que se me antoja el picante en mi comida y además un buen postre para rematar.


La llevo a su casa y yo regreso al trabajo: una llamada aquí, una cita acá, etc. Salgo y me dirijo a buscarla en su departamento, le llevo unas flores. Me invita a pasar nos sentamos en su sala, y yo me siento con el estómago aun contraído, pero apenas y lo percibo, tan solo pienso que tengo algo de acidez y que tal vez tenga que ver a un doctor.

Le platico un poco de mi día y ella del suyo, casi al final le comento que voy a pasar el fin de semana con uno de mis amigos por que le estoy ayudando a hacer unas reparaciones en su casa...veo que su rostro cambia de pronto y sus hombros se levantan, la voz le cambia y dice: "¿pero que no habíamos quedado que íbamos a ir con mi amiga Sandy y su esposo este fin?, ¿ya se te había olvidado ó de plano lo sacaste de tus planes?", me quedo un momento callado y solo veo que su mirada esta exigiendo una respuesta, tengo que escoger nuevamente bien las palabras, carajo como se antoja en ese momento unas buenas quesadillas, mi estomago cruje.


"Claro que no se ma ha olvidado ¿como crees? lo que pasa es que pensaba ir temprano con mi amigo y al terminar pasar por ti he irnos a lo de Sandy", ella me ve y me dice ¿y apoco te va a dar tiempo?, -seguro- le respondo, "entonces te das prisa, por que sabes que no me gusta llegar tarde y además sabes que quiero pasar a comprarles algo".


Salgo de su casa y me dirijo a mi auto, mi estomago se siente un poco adolorido, pero pienso que con una buena cena y listo.

Epilogo:

Efectivamente me comí unas buenas quesadillas con una buena salsa el fin de semana; asi que, tuve que ir al doctor por una gastritis aguda que me provoco un dolor tan intenso que no pude moverme por algunas horas, es la tercera vez que me sucede, mi novia se enojo, dice que estaba muy apenada de estarse disculpando con su amiga y que seguramente yo lo provoque para no ir.

El doctor solo me dio unos antiácidos y me cambio algunos elementos de mi dieta. Dice que con eso me curo, es lo mismo que dijo las 2 veces anteriores y sin embargo no puedo dejar de notar que cada vez que pienso en mi madre, mi primo y su matrimonio, en mi novia y sus pendientes, en como no le he dicho que a veces no me siento con disponibilidad para escucharla con tal de no hacerla enojar y que piense que no la quiero, en como yo mismo no le presto atención a lo que sucede en mi cuerpo.

Y entonces comienzo a notar que tal vez exista una relación entre lo que como y lo que pienso o en que lo que pienso me provoca cierto animo que me provoca cierto antojo. Y que tal vez puedo tomar las cosas con más tranquilidad, poner atención en cada uno de mis pendientes y desarmarlo uno por uno, como las partes de un aparato para conocer como funciona.


Además una amiga me esta contando que desde que va con su acupunturista se ha sentido más relajada y su digestión a cambiado radicalmente e incluso el carácter le ha mejorado. Esta idea junto con la sensación de que puedo tomar nuevamente el control de mi vida, me trae por un momento...tranquilidad. Mi abdomen esta relajado y siento como respiro rítmicamente, todo se ve ahora un poco más claro.

Mas información en: Sanativa
Ademas: INTEGRIDAD-USANA